La lucha por la Universidad pública nos exigió un alto nivel de movilización y tuvimos que disputar el espacio público a un gobierno nacional que planteaba un ajuste estructural para las universidades nacionales y para todas las áreas.
La disputa implicó defender nuestro salario y poner la Universidad de pie para hacer saber que no aceptaríamos la política de ajuste. Construimos con las fuerzas estudiantiles un discurso sobre las condiciones que permiten una universidad pública al servicio del país: bienestar universitario, más becas, boleto educativo universal, aplicación efectiva de nuestro Convenio Colectivo de Trabajo para terminar con la precarización laboral. Frente al discurso y las medidas de ajuste impulsadas por el gobierno nacional y el bloque de poder, pusimos a circular en la esfera pública la vitalidad de una Universidad pública capaz de pensarse y mostrarse comprometida con los intereses de las grandes mayorías. No hay un país mejor posible con una Universidad ajustada, no hay un país mejor con una universidad achicada por el ajuste.
El esfuerzo por sostener estos frentes nos encuentra en un nuevo paro de 24 horas. Llegamos al fin del cuatrimestre con los Rectores enfrentados por el presupuesto que saben no alcanzará para el 2017 y por ello buscan desesperadamente que los aliados políticos dentro de las cámaras les garanticen fondos especiales. Llegamos a fin de año con un gobierno nacional que tuvo que reconocer que la inflación superó el acuerdo salarial de mayo. Llegamos a fin de año con un gobierno nacional que quiere convencernos de que tenemos que conformarnos con salarios a la baja. Llegamos a fin de año con la fuerza de un año de lucha. Llegamos a fin de año pero no al fin de nuestra lucha.
Mañana hacemos un nuevo paro. Mañana volvemos a insistir. El tiempo es ahora.
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Oscar R. Vallejos |
Mariana Carminatti |